Ruta a pie por París: Un paseo histórico junto al Sena
¡Bienvenidos a la primera parte de nuestro fascinante ruta a pie por París!
Este artículo es el primero de una serie de tres que te guiarán a través de los rincones más emblemáticos de la Ciudad de la Luz. Si has llegado aquí directamente, te recomendamos que eches un vistazo a nuestra guía práctica para visitar París, donde encontrarás consejos para sacar el máximo provecho a tu visita. ¿Listo para sumergirte en la magia parisina? ¡Vamos!
¿Alguna vez has soñado con pasear por París como si fueras el protagonista de una película romántica? Prepárate para hacer ese sueño realidad. En esta ruta te invitamos a recorrer la ciudad desde la icónica Catedral de Notre Dame hasta la imponente Torre Eiffel, todo mientras sigues el curso del río Sena.
Este paseo no solo te mostrará los lugares más famosos, sino que también te sumergirá en siglos de historia y arte, acompañado de alguna que otra anécdota curiosa que te sacará una sonrisa. Así que ponte tus zapatos más cómodos (porque en París hasta caminar tiene estilo) y acompáñanos en este viaje en el tiempo.

1 – Plaza de la Bastilla: Donde la revolución se hizo con estilo
La Plaza de la Bastilla es uno de los puntos más icónicos de París, cargado de simbolismo histórico. Aunque hoy en día es un lugar bullicioso y moderno, esta plaza fue en su momento el epicentro de uno de los eventos más trascendentales de la historia: la Revolución Francesa de 1789. Aquí se erigía la temida prisión de la Bastille, que representaba el poder absoluto del antiguo régimen, conocido como l’Ancien Régime. La toma de la Bastille marcó el inicio del fin de esa era.
En la actualidad, la prisión ha desaparecido, pero la plaza sigue recordando momentos clave de la historia francesa. La Columna de Julio, coronada por la estatua del “genio de la libertad”, conmemora otra revolución, la de 1830, que consolidó las ideas de libertad y justicia en Francia. Este monumento de bronce, de más de 50 metros de altura, simboliza las luchas por los derechos civiles en el país.
Es un lugar que no solo respira historia, sino que también ha sido transformado en un punto de encuentro cultural y social. Hoy en día, es común ver manifestaciones, conciertos y eventos artísticos en la Plaza de la Bastilla, fusionando el pasado revolucionario con el espíritu moderno de París.
2 – Hotel de Ville: El Corazón Administrativo de París
Tu siguiente parada es el majestuoso Hotel de Ville, el ayuntamiento de la ciudad. Con una fachada renacentista que parece sacada de un cuento de hadas, este edificio ha sido el centro de la política parisina desde el siglo XIV. Aunque no puedes entrar, su exterior es digno de admiración
Este edificio ha sobrevivido a revoluciones, guerras y, lo más impresionante, a miles de reuniones del consejo municipal. En invierno, la plaza se convierte en una pista de patinaje, y en verano en una playa urbana. Porque, ¿Quién dijo que la burocracia no puede ser divertida?
3 – Catedral de Notre Dame: Historia y Espiritualidad en el Corazón de París
La Catedral de Notre Dame es una joya de la arquitectura gótica y uno de los símbolos más icónicos de París. Desde su construcción en el siglo XII, ha sido testigo de momentos clave en la historia de Francia, como la coronación de Napoleón Bonaparte y la beatificación de Juana de Arco. Su impresionante fachada, con sus torres gemelas, los famosos rosetones y sus intrincadas gárgolas, sigue fascinando a millones de visitantes cada año.
A pesar del devastador incendio de 2019 que destruyó parte de su techumbre y la aguja central, la catedral sigue siendo un lugar cargado de historia y espiritualidad. Como es natural, desde ese día permaneció cerrada y su reconstrucción se puso en marcha para devolverle todo su esplendor.
Han tenido que pasar 5 años desde aquel día, para que esta maravillosa catedral pudiera volver a abrir sus puertas al público, el pasado 8 de diciembre de 2024.
El interior de la catedral, con sus altas bóvedas y vitrales coloridos, invita al recogimiento y la contemplación, ofreciendo una pausa en medio del ajetreo de la ciudad.
A la derecha de la catedral, se erige una estatua del Papa Juan Pablo II, que rinde homenaje a su legado y a su conexión con los fieles franceses. La estatua, inaugurada en 2014, es un punto de interés espiritual para quienes admiran su figura y su influencia global.
La visita a Notre Dame y su entorno es un viaje en el tiempo, una experiencia que combina el arte, la historia y la fe de París.
4 – Puente de Notre-Dame: El Puente con Vistas Espectaculares
El Puente de Notre-Dame es uno de esos lugares de París donde puedes detenerte, respirar profundo y disfrutar de unas vistas impresionantes del Sena y la majestuosa Catedral de Notre Dame. Es como una especie de balcón parisino con una vista privilegiada, perfecto para sacar esa foto de postal que parece de película.
Este puente no solo te conecta físicamente entre la isla de la Cité y la orilla derecha, sino que también te transporta en el tiempo. Aunque el puente actual data de finales del siglo XIX, ha habido estructuras en este lugar desde la Edad Media. El primero en construirse fue en 1507, pero debido a las riadas del Sena y unos cuantos problemas de ingeniería (cosas que pasan), se ha reconstruido varias veces.
A lo largo de los siglos, el Puente de Notre-Dame ha sido testigo de miles de historias de amor, revoluciones, y muchas sesiones de fotos. Así que si estás buscando ese toque romántico en tu paseo por París, este es el sitio perfecto para parar un rato, relajarte y disfrutar del ambiente parisino. Y si tienes suerte, puedes ver pasar algunos de los barcos turísticos que recorren el Sena, añadiendo un poco de movimiento a la vista tranquila.
5 – Sainte-Chapelle (Santa Capilla): Donde las Vidrieras te Dejarán Sin Palabras
La Sainte-Chapelle es ese tipo de lugar que, cuando entras, te quedas mirando hacia arriba como si estuvieras en una especie de concierto de luces, pero con vidrieras. Esta joya gótica, construida en el siglo XIII, fue la capilla privada del Palacio Real y el lugar donde el rey San Luis guardaba una de las reliquias más importantes: la mismísima corona de espinas de Jesucristo (sí, la auténtica), aunque la corona fue trasladada a Notre Dame en 1801.
La Sainte-Chapelle es siendo famosa por sus alucinantes vidrieras, que son tan espectaculares que te harán sentir como si estuvieras dentro de un caleidoscopio gigante. Las 1.113 escenas bíblicas que relatan desde el Génesis hasta el Apocalipsis te envuelven en un mar de colores que cambia según la luz que entra. ¡Todo un espectáculo visual!
6 – Palacio de Justicia: Donde los Juicios y la Historia se Cruzan
El Palacio de Justicia se encuentra justo al lado de la Sainte-Chapelle, en lo que fue en su día el Palacio Real. Aunque hoy en día es un edificio administrativo, sigue siendo uno de los centros históricos más importantes de la ciudad. Con su imponente arquitectura, es fácil imaginarse a los antiguos reyes caminando por sus pasillos.
Aunque hoy en día alberga tribunales, su historia se remonta a tiempos reales. ¿Te imaginas a Luis IX caminando por estos pasillos? Pues sí, fue su residencia oficial antes de que la corte real se trasladara al Louvre. El edificio actual, con su fachada impresionante y su arquitectura grandiosa, sigue siendo uno de los principales centros de poder en Francia. ¡Casi puedes sentir el eco de siglos de decisiones importantes mientras paseas por allí!
Y aunque no puedas colarte en un juicio (no te lo recomiendo), el Palacio de Justicia merece una visita por su historia y su arquitectura monumental.

7 – La Conciergerie: Cárceles Reales y el Primer Reloj Público
La Conciergerie es mucho más que una simple parada en tu recorrido por París, es un lugar donde la historia se pone seria… ¡y dramática! Esta imponente fortaleza, que alguna vez fue la cárcel más temida de Francia, albergó a presos ilustres, como la mismísima María Antonieta, antes de su fatídico final en la guillotina. Así que, si alguna vez has dicho “¡que me corten la cabeza!”, pues… a este lugar probablemente no quieras entrar demasiado en detalle.
Lo interesante es que, antes de ser una prisión, la Conciergerie fue parte del palacio real y luego se convirtió en una cárcel durante la Revolución Francesa. Hoy en día, puedes recorrer sus oscuros pasillos y hasta visitar la celda donde estuvo María Antonieta, lo que añade un toque sombrío pero fascinante a tu visita.
No te pierdas la Tour de L’Horloge, con el primer reloj público de Francia. Este reloj monumental, que ha estado marcando el paso del tiempo desde el siglo XIV, te hará sentir como si estuvieras mirando el mismo tiempo pasar que vieron los antiguos reyes. Así que, si necesitas saber la hora, ¡échale un vistazo y conecta con la historia!
8 – Place Dauphine: La Plaza del Delfín y un Café de Cine
La Place Dauphine es una de las plazas más encantadoras y escondidas de París, aunque su historia tiene un toque regio. Construida por orden de Enrique IV en 1607, la nombró así en honor a su hijo, el futuro delfín de Francia (el heredero al trono). Esta plaza triangular, rodeada de edificios de ladrillo y piedra, ofrece un ambiente tranquilo, perfecto para una pausa en tu paseo.
Y aquí viene una curiosidad: ¡en la Place Dauphine está el famoso Café de «Amélie»! Si eres fan de la película «Amélie», sabrás que muchos de los momentos más entrañables se rodaron aquí. Tomarte un café en este lugar es casi como formar parte de esa película tan icónica y adorable. Así que siéntate, disfruta del ambiente y sueña con encontrar mensajes secretos como los de Amélie.
9 – Pont Neuf: El Puente Más Antiguo y un Rey «Viejo Verde»
Aunque su nombre signifique «puente nuevo», el Pont Neuf es el puente de piedra más antiguo de París, inaugurado en 1607. Cruza el Sena en todo su esplendor y te regala unas vistas maravillosas de la ciudad. En medio del puente, se encuentra la estatua de Enrique IV, un rey lleno de historia… ¡y anécdotas!
Este es el mismo Enrique IV que, cuando aún era protestante, dijo la famosa frase: «París bien vale una misa», para convertirse al catolicismo y así poder ser rey de Francia. Pero lo más curioso de este monarca no es solo su política, sino su vida personal. Enrique IV fue apodado el primer «viejo verde» o «vert galant» por la sociedad parisina. ¿Por qué? A pesar de su edad avanzada, solía frecuentar la cercana Place Dauphine, vestido de verde (un color que decía que le sentaba genial) y siempre rodeado de mujeres mucho más jóvenes. Ahora ya sabes de donde viene ese apelativo tan usado hoy en día.
Así que mientras cruzas este histórico puente, no solo estás caminando sobre uno de los símbolos más importantes de París, ¡también te acercas a las historias más curiosas y picarescas del pasado!

10 – Sauce Llorón de la Punta: Un Refugio en la Plaza Vert Galant
En medio del ajetreo parisino, existe un pequeño paraíso en la Plaza Vert Galant, llamado así en honor al rey Enrique IV. En la punta de esta isla, justo en el Sena, encontrarás un majestuoso sauce llorón que parece estar saludando al agua.
Otro lugar perfecto para detenerse, respirar y disfrutar de una vista inmejorable del río y de los puentes que lo rodean. Este rincón tiene un ambiente tranquilo, ideal para un buen picnic con amigos o simplemente para sentarse a contemplar las vistas mientras el suave murmullo del río te acompaña.
Además, el lugar tiene un toque romántico, así que si estás en modo enamorado o simplemente quieres relajarte en uno de los spots más especiales de París, ¡esta es una parada obligada!

Todo en Google Maps
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Ahora puedes tener todos los puntos de interés de esta ruta directamente en tu Google Maps. Solo tienes que hacer clic en el enlace de abajo y podrás acceder a cada sitio en segundos. Perfecto para explorarlo cuando y como tú quieras. ¡No te pierdas ni un solo lugar! Algunos llevan nota con tips y puntos de foto.
Google Maps
¡Y así concluye la primera etapa de nuestra ruta por París! Esperamos que hayas disfrutado descubriendo estos icónicos lugares. Pero no te vayas todavía, ¡la aventura continúa! En la segunda parte de nuestro recorrido, te llevaremos a través de más joyas arquitectónicas y rincones llenos de historia. ¿Estás listo para seguir explorando? ¡No te pierdas la siguiente parte de nuestro tour parisino!
Continua tu ruta a pie por París, con nuestra segunda parte.
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